Denominación de Origen Protegida Sierra de Salamanca
Desde
2010
Los orígenes del viñedo en la D.O.P. Sierra de Salamanca se remontan a la época romana. Desde los siglos XV y XVI pueden encontrarse citas históricas que permiten atestiguar que la zona era conocida por sus vinos. Durante todo el siglo XIX el viñedo se convierte en uno de los pilares económicos de la comarca. En 2007 las bodegas y viticultores crean una asociación para proteger la comarca vitícola, promocionar los vinos y obtener la D.O. para la zona. En Junio de 2010 se reconoce la Denominación de Origen Protegida Sierra de Salamanca.
Tradicionalmente el cultivo más importante ha sido y es el viñedo; la búsqueda de los mejores terruños ha llevado a los agricultores a aterrazar empinadas pendientes para poder plantar las cepas. Estas prácticas han ido configurando el paisaje cómo ahora lo conocemos, manteniendo una gran riqueza tanto cultural cómo ambiental.
Los suelos de la zona son variados y muy adecuados para el viñedo. Podemos encontrar suelos arenosos procedentes de roca granítica y suelos arcillosos procedentes de pizarras.
El clima es mediterráneo húmedo, muy adecuado para el cultivo de la vid: los veranos secos con noches frías ayudan a la correcta maduración de la uva y desarrollan los aromas característicos de las variedades de nuestra zona.
¿Cómo es la variedad Rufete?
La Rufete es la variedad autóctona y predominante en la zona. Se caracteriza por estar altamente adaptada al territorio, con un racimo de tamaño pequeño y apretado y con un grano de tamaño medio y hollejo fino. Es una variedad sutil, de compleja elaboración, que aporta aromas delicados con recuerdos a frutas rojas y especiados, con taninos dulces y suaves que aportan elegancia, frescura y complejidad a los vinos. Otras variedades a destacar en el territorio son la Garnacha tinta y el Tempranillo.